domingo, 23 de agosto de 2009

VOLVIENDO A VER LOS HERMANOS DONNELY


El otro día me volví a emocionar viendo el episodio piloto de LOS HERMANOS DONELLY, del gran director y guionista PAUL HAGGIS... me emociona particularmente la escena en que el hermano mayor va a ver al mafioso que le dio la paliza a uno de sus hermanos y que espera al otro para matarlo. Este hermano, el mayor, tiene una historia de amor, platónico podríamos decir, con una guapísima irlandesa que está casada. Cuando él sale del hostital camino del club del mafioso, ella lo espera a la entrada y, como no puede decirle que lo ama y que no quiere que lo maten, le dice que le ha preparado un bocadillo y venga a comérselo. Él dice que luego pero, después de insistir un rato, ella llora y le ruega que suba a comerse el bocadillo. Es una maravillosa escena de amor en la que nada es explícito. Adoro a Paul Haggis por cosas así.
Hay algo parecido en en LA LISTA DE SCHINDLER, el contable judio de Schindler desprecia a su jefe por considerarlo una nazi de mierda. A lo largo de la película, Schindler lo invita varias veces a beber, pero él rehusa amablemente, ya que, para la cultura judía, como para otras muchas, beber con alguien es símbolo de amistad y respecto. Sin embargo, cuando la peli avanza, el contable judío (interpretado con Ben Kingley) ve como Schindler llega a comprender el holocausto y como ayuda a los judíos que tiene en sus fábricas. Así pues, hacia el final, lo dos hombres están en un despacho y Schindler le dice: " cuando esto pase, puede que algún día nos encontremos en la calle y nos tomemos una copa". El contable lo mira y le responde: "mejor nos la tomamos ahora". La escena termina con los dos hombres bebiendo. Es increible, no me deja de sorprender como, a través del simple acto de tomar una copa, se puede expresas el respeto y la simpatía de forma tan profunda. Que maravilloso director de Spielberg y que gran guionista Steve Zaizillian...